Conocí al Llovedor cuya energía forma parte de las esencias florales Larimar, en el peregrinaje por tierras de Teruel en busca de flores para sintonizar. El Lloverdor habla de

EL LLOVEDOR

Hasta ese momento mis esencias estaban sintonizadas con los elementales y devas de las flores y no pensé en ningún momento la grandiosidad que me esperaba.

Cuando llegué al lugar donde se encontraba el Llovedor quede conmovida; este gran Deva de la Naturaleza, enorme, fuerte, un guardián protector, lloraba lágrimas de lluvia. Mi corazón se encogió, es como ver llorar a un padre; no se puede soportar.

El Llovedor llora por los hombres muertos, por los templarios que murieron bajo sus pies, llora por el hombre, por el dolor del hombre; y sus lágrimas son alimento para el espíritu y fuerza para la energía femenina que todos y todas llevamos dentro.

El llovedor llora, y cuando llora sus lágrimas de agua bendita, iluminan nuestro dolor convirtiéndolo en el reconfortante abrazo de un dios a su hijo. Ese es el aliento del Llovedor ante el dolor profundo.  Este Deva, gran ser de la Naturaleza, lleva milenios mirando con sus ojos compasivos al hombre, al héroe en su viaje de Vuelta a Itáca, sabiendo que le está esperando la tierra prometida.

Raquel Cabo